lunes, 13 de octubre de 2008

Amalia nunca había olido un mail, y sin embargo siempre se preguntaba adonde iban los eliminados….
No creyó nunca que puedan ser quemados por la luna nueva como esas cartas que nunca recibió….
Quizás sea como las cartas que se envían con código postal errado…Y lleguen a otro lugar que nadie se mudó o no responde…
Que donde estoy no me hallo y ya no soy el que fui… Eso rozo la piel de Amalia cuando se escapo de la vitrola… y se le erizaron las uñas…
Esta vez llovió, y tampoco lo escuchó….
Hoy vio su risa, pero no escucho su sonrisa….
Amalia jugó a la siesta en el subibaja…. La calesita ya no le gusta… Descubrió que a la sortija siempre la gana el niño al que le sonríe su madre…
¿Porqué si sólo hay al menos una palabra, ella esta sola, sin siquiera ella misma?....
Y otra vez volvió a guardar para afuera las lágrimas…

1 comentario:

Adrian Orellano dijo...

Toda la ternura te daré y en nosotros recorro siempre un espiral de caracol infinito.